miércoles, 9 de abril de 2025

CARNE DE OLVIDO

Cuando Doña Aurora escuchaba un bolero, se  volvía tan seductora que  llenaba el espacio donde se  encontraba de  un olor  singular: “no  habrá nieblas en mis noches  si  tú estás”... Levantaba  los brazos y  se olía la piel aspirando profundamente el aroma  que  él pudiera haber dejado después de tocarla. Era un olor  profundo alojado en  su cerebro y que  ella  trataba  de recuperar todos  los días para revivir los únicos momentos  dichosos  de su vida. Bailaba al  compás de  la música  contoneando las caderas con la  sensualidad  que durmió en  sus generosas  carnes durante demasiados años: “ Tus  besos se  llegaron a  recrear  aquí en mi boca, llenando de  ilusión y de pasión mi vida loca”.. y sentía los labios  de él deslizándose por  su  cuerpo hasta  llegar a  lo íntimo.

 Respiraba  hondo, los ojos entornados, la boca  entreabierta y una sonrisa  apenas  estrenada que  la convertía en la joven más  bella  de la ciudad. Porque desde que le conoció recuperó una juventud malgastada que no recordaba, era como si no hubiera  vivido  hasta entonces y el calendario  sólo  fuera una  factura que el  tiempo  quería  cobrar y  que ella no  estaba dispuesta a pagar.

Desde  el otro lado del mapa, al caer la tarde, alguien le recordaba  que ya no era carne de olvido.

                                                             GLORIA DE FRUTOS